Llevan seis discos en el mercado. Los conocí en el sexto y deboré los anteriores sin compasión, los compré impulsivamente y sigo consumiéndolos al nivel de los grandes.
Se la jugaron con el sexto haciendo un disco monotemático, más parecía contar una historia como una novela al uso con su principio, su nudo y su final, que una sucesión de canciones. Desde el punto cero hasta más allá del final, hasta el infinito. Como LA VOZ A TI DEBIDA, de Pedro Salinas.
La historia de una pareja desde la primera mirada hasta el recuerdo de lo que fue y lo que pudo ser. Sólo los valientes o los consagrados han hecho algo así alguna vez. Ellos hasta ahora son lo primero, y para mi, ya, también lo segundo.
Los etiquetan como indies. ¡Qué más dará, ¿no?! El asunto es que volverán a ser imprescindibles en cualquier festival de este año, y de nuevo llenarán todas las salas de aforo medio de todo el país; esas en la que se respira y se disfruta la música en directo como en ningún sitio. Y lo saben, y por eso quieren pisarlas todas. Ahí están haciendo su historia, ahí donde los raros vamos a los conciertos.
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Esto es lo único que ha salido del séptimo. En unos días estará en las estanterías. No sonarán en la emisora que pones por defecto. ¡INVESTIGA!
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