Foto: Pablo RoaComentario: Un rayo, un cancer, un exceso, los genes, la gripe porcina, el colesterol, un accidente, un infarto, un disparo, o un cuerno que te arranca la vena cava, te pueden mandar al otro barrio avisando o sin avisar.
Realmente da igual si te juegas la vida o no, porque te mueres igual.
Eso sí, conviene saber que algunas practicas pueden acelerar tu viaje, aunque siempre creas que a ti nunca te va a tocar (que es lo mismo que piensa al que le toca).
Realmente da igual si te juegas la vida o no, porque te mueres igual.
Eso sí, conviene saber que algunas practicas pueden acelerar tu viaje, aunque siempre creas que a ti nunca te va a tocar (que es lo mismo que piensa al que le toca).
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