martes, 24 de febrero de 2009

K-2. "Bienvenidos a la BREAK-LEG Race"

Después de algunos años de buenas intenciones, el pasado mes de abril decidí que esta vez sí, que ahora o nunca. Y empecé a entrenar con la idea de, por fin, participar en “La Rompepiernas”. Durante esos entrenamientos iniciales me surgió una duda sobre cuales fueron los primeros deportes que se practicaron en nuestra comarca. Nunca pensé que la conjunción de ambos hechos sirviera para mejorar, ¡y de qué modo!, mis hasta entonces raquíticos conocimientos de inglés.
Resulta que cayó en mis manos un ejemplar del “Diario de Córdoba” del 30 de septiembre de 1906, en el que se decía que “Hoy hemos tenido ocasión de apreciar los últimos decretos que la moda ha dictado en materia de toilettes para el sport, muy especialmente para esos que la influencia inglesa ha introducido lo mismo en Francia que en el resto de la Europa continental: el footing, el canotage, el croquet, el lawn tennis y el golf han tomado en tal forma carta de naturaleza entre nosotros que ninguna joven elegante está considerada digna de la posición que ocupa si no supiera jugar a todos, o al menos a buena parte de ellos”.
Me quedé dándole vueltas a lo del “sport” y el “footing”. Hasta entonces los había creído anglicismos relativamente recientes, pero comprobé que no, que eran esnobismos de primeros del siglo XX. Y aunque no sabía la diferencia exacta entre “footing” y “jogging”, estaba convencido de que lo que yo empezaba a practicar era algo de eso.La cosa se complicó cuando Caballero, nuestro entrenador, me dijo que mis blancas e impolutas “Reebok Classic” estaban bien para ir a la piscina, pero que para correr necesitaba otra cosa. Así pues, fui a la tienda a por unas zapatillas y me preguntaron que si las quería de “running”, de “trekking” o de “training”. Eso me hundió. Yo creía que hacía “footing” o “jogging”, pero no, resulta que estaba haciendo “running”, y hasta posiblemente “training”, o algo parecido.Decididamente, tenía que actualizar mi jerga deportiva, pues, volviendo a la noticia de 1906, caí en la cuenta de que en el mundo del deporte sólo lo inglés tiene futuro: El “canotage”, francés, había desaparecido, mientras que los demás se siguen practicando más de cien años después. Y echando un vistazo a nuestro deporte más autóctono, “correr perdigones”, me expliqué el porqué de su poco éxito internacional y escaso futuro. De haberse llamado “running partridge” (o “running partridge along the country” en su versión más silvestre), actualmente tendría millones de seguidores repartidos por todo el mundo y hasta una “International Board Association” que regulara su ejercicio.En los cursos de inglés por televisión comprobé que la cosa no es tan difícil.
Los de “Gomaespuminglish” me abrieron los ojos: Con un poco de idea y un diccionario escolar, está todo hecho.Correr, lo que se dice correr, no corro mucho más; pero eso sí, tengo claro que no haré un medio maratón, sino un “Mean Marathon”; que el nombre propio de esta carrera es “The Break-Leg Race”, y nuestro club, “La Rompepiernas”, es el “Break-Leg Athletic Club”. He dejado de ser un vulgar corredor para ser un “runner” que en vez de un entrenamiento hace una “training session”. Ya sé que aquel día que llovía a cántaros estábamos “runnin in the rain”; que mis pantalones ya no son tales, sino unos “short”; mi camiseta es una “t-shirt”, y si paso frío me pongo un “soft-shell” o un “pullover”.
Y ahora todo tiene mucho más “glamour”, pues ya no tengo un preparador cuyo nombre es Caballero, sino un “personal trainer” que es un “gentleman”
José Antonio Torquemada
"Investigando en la carretera"