Pasaron algunos años desde la destrucción del anillo único.Todo volvió a la calma y la Comarca vivía en un letargo feliz. Pero algo latía en el corazón de Frodo, algo que acudía a su mente sin saber que era con exactitud, algo que bullía en su interior, pero que no adivinaba, por más vueltas y vueltas que su cerebro daba en la menor ocasión que tenía.Los días pasaban lentamente, demasiado lentamente, felices a veces, con nubarrones otros, pero pasaban, y aquel desasosiego le corroía por dentro, como si la fuerza de aquel anillo volviera con toda su energía para seguir martirizándole cada vez más.Por fin aquel desasosiego llegó a su fin un mes de marzo pasados tres años desde la destrucción del anillo.
Se celebraba la IX carrera entre Bolsón de Tirada y Delagüa (un año para un lado y el siguiente para el otro), y Frodo que estaba un poquito fondón, se acercó curioso a ver su desarrollo.Mientras tomaba una jarra de cerveza en la carpa del Pony Pisador de Bree (Patrocinador oficial), al ver a los humanos, hobbits, enanos, elfos y demás especies de la Tierra Media y aledaños, preparándose para hacer el recorrido, sintió un cosquilleo especial por su cuerpo al recordar que el ya había participado en varias ocasiones en aquella prueba, dura como pocas y se prometió que él estaría presente en la X.
Al día siguiente, con algo de pereza pero con mucho de ilusión, se dirigió a la buhardilla, y rebuscó en su viejo arcón de madera para buscar su ropa de deporte y sus viejas zapatillas. Las miró y no dudó en calzárselas, y sin más dilación corrió por los verdes prados de la Comarca, iniciando así su largo, cansado y duro entrenamiento (correr, caminar, nadar y usar el viejo biciclo que Gandalf le regaló), pero con el enorme deseo de volver a sentir el regusto agridulce de volver a cruzar la meta, tras el terrible sufrimiento de tanta subida y bajada del camino de Bolsón a Delagüa.Su desazón había desaparecido.Ya no queda casi nada, y Frodo solo pide que ninguna lesión, enfermedad o causa de fuerza mayor le impida estar rodeado de sus amigos y demás corredores en la salida de la X.
José Cobos Talaverano
Buscando el anillo