miércoles, 28 de noviembre de 2007

De CULTURA y FESTEJOS

En pueblos pequeños, con ayuntamientos no excesivamente boyantes, las delegaciones de Cultura y Festejos suelen caer bajo las manos del mismo concejal o concejala, incluso sus presupuestos anuales se incluyen dentro de la misma partida hasta tal punto que ya llegamos a confundir una cosa con la otra.
Algo asumido por todos y que nos hace confundir un tipo de actividades y programas con otros. Suele ser la delegación con un presupuesto más alto porque es la que más y mejor suele llegar al pueblo. Un arma de doble filo porque se tiende a desviar el dinero hacia las “festejos”, olvidando un poco la parte más cultural con la excusa de “ya que se gasta el dinero hay que asegurar que acuda el mayor número de gente”. Un excusa tan válida como contundente desde le punto de vista político. Habría que hacer una análisis real del porqué. Yo creo que la cultura hay que trabajarla más, basando los primeros esfuerzos en “educar” y ofertar programas atractivos huyendo un de los planteamientos tradicionales, más cómodos y normalmente más barato.
Un ejemplo: si queremos que la casa de la cultura se llene siempre que haya una obra de teatro habrá primero que crear un poco de afición entre la gente. ¿Cómo? Imaginación al poder. El secreto está en la participación, ni más ni menos. Si consigues crear espacios de participación paralelos a cualquier actividad, llámese teatro, música o pintura la gente acudirá siempre que la casa de cultura nos ofrezca algo interesante. Sin duda cuesta mucho más trabajo y más dinero crear un taller permanente de fotografía permanente que montar una exposición; además, los resultados no se verán de forma inmediata y en los comienzos la participación será menor. Apliquen esto a teatro, la pintura o la música. Desde el punto de vista político lo importante es que la cantidad reine por encima de la calidad, un punto de vista generalizado que nos hace mucho mal y verdadero culpable de que los festejos se “coman” lo presupuestos de cultura.
Más importante que la cantidad es la permanencia, y para eso tienes que buscar programas y actividades enriquecedoras y con calidad, para que con el tiempo estén tan caladas entre el pueblo que no haya no que anunciarlas para la demanda sea tan grande que no se pueda atender fácilmente. En este punto me toca hablar de la cultura tradicional, la gran olvidada en nuestros pueblos y que sin embargo está tan de moda por todo el país. La cultura tradicional aglutina a todos los elementos que confieren unas señas claras de identidad a un pueblo, al mismo tiempo que lo diferencian de otras colectividades. Gastronomía, artesanía, costumbres, música popular, cuentos, juegos tradicionales, danza, leyendas, refranes... FOLCLORE (o folklore, folk). Las manifestaciones folclóricas son el cordón umbilical que unen a un pueblo con su cultura, son inherentes a la naturaleza humana. Un pueblo que no defiende, conserva o recupera sus tradiciones es un pueblo sin identidad, sin raigambre cultural, sin pasado. ¿Se os ocurre otra forma mejor que invertir el dinero de la “cultura” que en conservarla, recuperar y enseñarla? Participarían abuelos, abuelas, padres, hijos, nietos y hasta los políticos.
Publicado en el Semanario Guadiato Información el día 4 de agosto de 2007

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