miércoles, 28 de noviembre de 2007

De FÚTBOL y POLÍTICA

La política es como el fútbol. Nuestros pueblos siempre estuvieron en una categoría superior; pero ahora juegan en las competiciones provinciales y al borde del abismo. Desde hace algunas temporadas se coquetea con el descenso. Tenemos buenos jugadores, aficiones fieles y estadios acordes a la tradición futbolística de los equipos. Cada temporada se renueva la ilusión pero antes de diciembre hay que empezar a bajar el listón de los objetivos que se plantean en agosto. Por el club han pasado presidentes y directivos por doquier...de entrenadores mejor no hablar. ¿Qué nos pasa? El diagnóstico es simple. No hay paciencia para mantener un proyecto a largo plazo. Se exigen resultados con premura y las prisas no son buenas compañeras de viaje. La presión social es terrible, el mandatario en cuestión empieza a ponerse nervioso y comienza a pedirle al “míster” todas esas cosas que en agosto no eran “prioritarias”. Traslademos esto a la política. En el gobierno de Belmez han estado ya todas las fuerzas políticas desde las primeras elecciones democráticas, PSOE, PP, PA, IU e independientes dependientes, Ha habido pactos, acuerdos, mayorías absolutas, gobiernos de concentración... pero no salimos de los puestos de abajo. Hubo etapas de más optimismo en las que ganábamos dos o tres partidos, en las que algunas iniciativas nos hacían recuperar las fuerzas, pero no hay manera. Desde la grada se anima pero no de forma continuada, hay rachas de fuertes gritos de ánimo que duran sólo unos minutos que suelen coincidir con un gol o con un ataque de garra de algún jugador, pero de nuevo se callan las gargantas hasta la siguiente buena jugada, si la hay. Está comprobado que la planificación es fundamental, a corto, medio y largo plazo; que la apuesta por la cantera y los recuros naturales endógenos es segura y da buenos frutos, pero para eso se necesita tiempo y paciencia, mucha paciencia , seguridad y compromiso. Hasta ahora la mayoría de los dirigentes han carecido de eso, y al que valía le han cortado la cabeza. ¿Qué nos pasa? Desde la grada siempre hay alguien que lo hace mejor, que su forma de actuar es la mejor y la única, y sabe que si aprovecha una situación crítica o creándola conseguirá el mando. Para ello sólo basta con dar unas cuantas voces desde su puesto, rodearse de un grupo afín , empezar a gritar y esperar a que el dirigente no aguante la presión y decida cambiar. Y vuelta a empezar. Toda la planificación realizada con anterioridad no vale porque no es la “mía”. Sin embargo no cuentas con algo que no esperabas. Empiezas a quemarte en el mismo momento en el que te sientas en el banquillo, te olvidas de la planificación porque no tienes buenos mimbres y empiezas a improvisar. Es el inicio del fin. El fin del proyecto, de tu equipo del club. Eres prisionero de tus gritos desde la grada prometiendo resultados a corto y largo plazo. Necesitas conocimientos técnicos, de la categoría y los rivales, conocimiento de la cantera, buen material deportivo y un poco de suerte. Ya ves que no es suficiente con las “ganas de trabajar”. Te comen el día a día y las prisas, empiezas a confíar más en la gente de fuera que en tu cantera. Puedes ganar los primeros partidos y al final estar un poco más arriba, a costa de fundir todos los recursos que hipotecan el futuro, la próxima temporada y probablemente la vida del club. ¡Y EL RECRE LíDER CON GENTE DE LA CANTERA!
Publicado en el Semanario Guadiato Información el día 17 de noviembre de 2007

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