miércoles, 28 de noviembre de 2007

LOS ÁRBOLES DE LA CALLE COVADONGA

Que no los corten. Me refiero a los árboles de la Calle Covadonga, mi calle, el antiguo Paseo hacia la Estación.
Hace aproximadamente un año comenzaban las obras de remodelación de la que será una futura gran avenida, la más grande de Belmez, la que acoge entre otras cosas la Escuela Politécnica, la Plaza de Toros, el estadio Juan Cortés Mora, el colegio y la nueva residencia de estudiantes.
El Paseo a la Estación se creó en 1883; obra de la Diputación Provincial para la que el pueblo a través del ayuntamiento “adelantó” dinero para que se pudiese acometer en su totalidad. Por entonces, nuestros abuelos y bisabuelos plantaron 350 acacias. Lógico, y piensen el porqué. Árbol de crecimiento rápido, asiduo de las riberas de nuestros arroyos, de hoja caduca, lo que proporciona fresca sombra en verano y libertad para que el sol caliente las fachadas de las casas en invierno.
A lo largo de todo este tiempo, el paseo ha sufrido múltiples obras de reforma, mejora o ampliaciones que han provocado que tan sólo queden ya unas cuantas de aquellas acacias al principio de la calle y algunas otras junto a varias moreras al final de la misma.
Esta última reforma va a cambiar totalmente la fisonomía de la calle, ensanchando la calzada, haciendo accesible los acerados y cambiando su pavimento. Los proyectos han sido redactados por el Servicio Andaluz de Urbanismo (SAU) y la financianción será a cargo del PROFEA, antiguo PER.
La primera fase, ya terminada, corresponde a la acera derecha de la calle.
En este tramo no quedaba ya ninguna de los antiguos árboles, tan sólo algunas “falsas pimientas” jóvenes que estaban levantando el acerado. Se optó por arrancarlas para plantar en su lugar una fila de jóvenes naranjos. Yo hubiese plantado álamos negros, de similares carácterísticas biológicas a las acacias y las moreras
La segunda fase, que afecta al acerado izquierdo fundamentalemente comenzó hace algunas semanas. He tenido el proyecto en mis manos y el mismo comtempla una reducción del acerado para ensanchar la calzada además de un cambio total del pavimento y de la ilumincacion. En la parte inicial de la calle, desde la esquina con la Plaza del Santo y hasta el número 15 aproximadamente siguen existiendo al menos 9 o 10 antiguas acacias, y varias moreras. Ejemplares todos de más de 100 años plantados en la construcción de 1883. A pesar de no interferir ni un milímetro en la reducción del acerado, a pesar de su importancia patrimonial, sentimental y biológica para la historia de Paseo y todos los vecinos que han vivido y seguimos viviendo allí, existen dudas sobre sí arrancarlas o no. Me consta que si en su día varios vecinos entre los que me encuentro no lo solicitamos verbalmente y la petición expresa del Grupo Municipal Socialista entre el que también me encuentro, los árboles ya serían leña muerta. Entre ellos existen un par de pinos y algunas “falsas pimientas” que sí interfieren y levantan el pavimento, árboles mucho más jóvenes que por razones técnicas podrían cortar; pero las acacias y las moreras NO. NO hay ninguna razón para que muera parte de nuestra historia y para que nos quedemos sin su entrañable, agradable y necesaria presencia.
Publicado en el Semanario "Guadiato Información" el día 13 de octubre de 2007

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero no melocreo,quien es elque destruye la historia de este pueblo ,a este paso tambien el parque,no quiteis mas arboles por f cortaros los dedos si os molestan pero dejar los arboles al pueblo su belleza y su historia,que pena a este paso pronto el castillo,estudiar un poco mas loque sinifica un arbol antes de hacer semejantes salbajadas.